"Los muertos caían frente a mí"
"Sobrevivientes"
Al menos 92 personas fueron asesinadas este viernes cuando un hombre armado abrió fuego en un campamento de jóvenes en Noruega, horas después de un ataque con bomba que mató a siete personas en la capital, Oslo.
El sospechoso de la doble matanza, Anders Behring Breivik de 32 años, reconoció este sábado la autoría del hecho.
Según su abogado, Behring aseguró que los ataques eran "atroces pero, en su mente, necesarios".
Aquí, varios sobrevivientes del ataque en la isla de Utoeya relatan su experiencia.
Adrian Pracon
Estaba trabajando en la caseta de información de la isla.
Cuando nos enteramos por radio del atentado en Oslo, decidimos reuinir a las 700 personas.
Un par de minutos después recibimos una llamada telefónica que nos comunicaba que un policía se acercaba a la orilla para vernos.
Me fui a la cafetería a buscar suministros para todos. Entonces oí disparos y vi a gente corriendo. A algunos, mientras huían, les disparaban en la espalda.
Los muertos caían frente a mí.
Corrí a la zona de tiendas de campaña. Vi al hombre armado. Dos personas se acercaron a hablar con él y dos segundos después fueron baleados.
Vestía un uniforme negro con bordes rojos. Lucía seguro, tranquilo y controlado, como si supiera lo que estaba haciendo. Nos gritó que todos moriríamos.
Las personas comenzaron a correr hacia el agua, se desvistieron y comenzaron a nadar. Pensé que no tendría tiempo suficiente para quitarme la ropa, así que empecé a nadar bajo la lluvia, con ropa y botas.
Avancé unos 150 metros, pero el lago tiene unos 800 metros de ancho. Me di cuenta de que no llegaría al otro extremo, así que di media vuelta.
Estuve a unos 10 metros de él. Vi cómo le disparaba a las personas que estaban nadando. Me apuntó con su ametralladora y le dije: "No por favor, no, no lo hagas". No sé si me escuchó, pero no disparó.
Volvió una hora después. Yo estaba escondido con otros sobrevivientes detrás de los árboles y las rocas, a punto de congelarnos con la ropa mojada.
El tiroteo comenzó de nuevo y la gente caía encima de mí. Tuve que protegerme detrás de ellos, rezando para que no me viera. En medio de los disparos, recibí un balazo en la espalda.
Entonces él se acercó, podía sentir su respiración.
Pero no se movió.
Ahora estoy en el hospital. Lo peor no es el dolor físico, sino pensar en que muchos de mis amigos han muerto.
Stine Renate Haheim
Soy miembro del Parlamento noruego y participaba en el campamento.
Nos reunimos en pequeños grupos, para hablar de los atentados en Oslo. Luego escuché a alguien gritar: "la policía está aquí, estamos a salvo".
Entonces vi a un oficial que bajaba del cerro que de repente empezó a dispararle a la gente, uno por uno.
Comenzamos a correr y salté al mar.
Estaba tranquilo, nunca corrió, sólo se concentró en dispararle a la gente. Nunca le oí hablar.
Emma
Pensé que era alguien jugando.
Vi a un joven que se acercó a hablar con un hombre en uniforme de policía, que luego recibió un disparo.
Escapé junto a otros compañeros. Podíamos oler la pólvora, estábamos muy asustados.
Nos escondimos del hombre armado en un acantilado. Luego saltamos al agua y nos montamos en un bote.
Tengo 16 años de edad y estaba en la isla trabajando como líder juvenil.
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