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lunes, 8 de agosto de 2011

AHORA EUROPA,NATURALEZA,ECONOMIAS,FINANZAS,SOCIEDAD CONVULSIONADA





El «premier», David Cameron, vuelve de sus vacaciones y convoca un gabinete de crisis mientras la ola de disturbios se extiende a Birmingham

Día 09/08/2011
Los disturbios, los lanzamientos de ladrillos y papeleras en llamas no esperaron ayer a que se hiciera de noche. Comenzaron en mitad del día y se extendieron a nuevos barrios. A las cinco de la tarde en Hackney, epicentro del conflicto en el noreste de la capital, fue escenario de enfrentamientos con la policía y saqueos de tiendas. En el sureste, el centro comercial de Lewisham había quedado desierto, mientras ardían un edificio y varios coches. Los establecimientos del vecino barrio de Catford bajaban sus cierres metálicos por temor a verse arrasados en la estampida. En el cercano barrio de Peckham ya ardía un autobús a primera hora de la tarde.
Y más grave, los disturbios se extendieron también fuera de la capital británica, a la ciudad de Birmingham, donde ayer hubo fuertes enfrentamientos entre la Policía y grupos de jóvenes.
Con la doble crisis —financiera y social—, este agosto no parecía el mejor momento para que el Gobierno se fuera de vacaciones. El «premier», David Cameron; el viceprimer ministro, Nick Clegg, y la titular de Interior, Theresa May, han interumpido apresuradamente sus vacaciones para recuperar la iniciativa en Londres, una ciudad que, según el testimonio de algunos habitantes, «parece «abandonada a su suerte». Cameron, que permanecía hasta ayer en la Toscana con su familia, anunciaba anoche su regreso para ponerse hoy al frente de un gabinete de crisis que estudie la situación. El titular de Finanzas, George Osborne, que prosigue su descanso en California, fue muy criticado ayer por el propio Clegg.
El Gobierno fue categórico a la hora de descartar toda lectura social de la violencia «Es pura delincuencia. Esto no tiene nada que ver con lo sucedido el jueves pasado con Mark Duggan. Es oportunismo puro para robar», dijo Clegg. Y es cierto que, a diferencia de las manifestaciones de la noche del sábado, las de ayer corrieron a cargo de grupos de jóvenes organizados, que se intercambiaban mensajes a través de las redes sociales y que actuaban en coordinación. Y que en los disturbios han abundado también los actos de saqueo y robo de ropa, equipos de música y cuanto pillaran por delante.
Pero el trasfondo social también asomó en las palabras de los vecinos de los barrios afectados. El viceprimer ministro recorrió por la tarde el barrio de Tottenham y conversó con unos vecinos alarmados y presos de una sensación de desamparo. El duro ajuste fiscal del Gobierno apareció una y otra vez en las preguntas de los vecinos. «Esto no tiene nada que ver con los recortes», insistió Clegg. En la misma línea, con la convicción de que sólo se trata de correrías de delincuentes, la ministra del Interior, Theresa May, destacó la actuación de la Policía que ha sufrido críticas a derechas e izquierdas. «Quiero resaltar su ejemplar valentía y liderazgo para arriesgar su propia seguridad física a fin de proteger la de los ciudadanos», afirmó. Los disturbios no pueden llegar en peor momento para la policía metropolitana. A raíz del escándalo por las escuchas telefónicas renunciaron el mes pasado el jefe y subjefe de Scotland Yard, y hay un fuerte debate sobre quiénes les sustituirán y qué estrategia debe adaptarse para recuperar el prestigio dañado por la corrupción en sus filas.
La muerte durante una operación policial de Mark Duggan —negro, padre de cuatro hijos, popular en el barrio, pero para algunos sospechoso de actividades no del todo lícitas— ha vuelto a poner bajo la lupa la actuación de las fuerzas del orden. El subcomisario general, Steve Kavanagh, admitió que la Policía debería haberse contactado con la familia de Doggan para explicar su versión de lo sucedido. «Quiero pedirles disculpas», dijo Kavanagh. Muchos de los vecinos y comerciantes de Tottenham se quejaron asimismo de la escasa presencia policial para evitar los desmane.
La población de la capital espera que el gabinete de crisis convocado por Cameron para esta mañana adopte las medidas necesarias para restablecer la calma. Mientras tanto, algunos partidos de la Copa de la Liga inglesa de fútbol previstos para hoy han sido aplazados, en previsión de que la afluencia de jóvenes incontrolados a los estadios pueda degenerar en nuevos disturbios.